Nuestro programa de Jóvenes Scouts Refugiados ha ayudado a más de 300 niños atrapados en campamentos de refugiados a encontrar un sentido, una rutina y una identidad. Independientemente de su edad, son plenamente conscientes de la causa de su desplazamiento y a menudo carecen de sistemas de apoyo que les ayuden a procesar su trauma. Esto puede ocasionar una falta de confianza y conducir al aislamiento social, lo que dificulta el aprendizaje y el desarrollo personal.
El programa ha demostrado ser un espacio seguro en el que, a pesar de sus circunstancias, los jóvenes pueden convertirse en un ejemplo para sus compañeros. El programa fomenta tres valores fundamentales en los niños: trabajo en equipo, concentración y respeto.
Los líderes Scout asumen la responsabilidad del grupo y ayudan a organizar las actividades. Cuentan con el apoyo de nuestro equipo de voluntarios cualificados que supervisan el programa, imparten diariamente clases de inglés, dan apoyo con los deberes de griego, y ofrecen talleres en dos campos de refugiados.
Los fines de semana, los participantes salen de excursión fuera del campo para explorar la zona y empezar a desarrollar un sentido de pertenencia y familiaridad con su nueva comunidad.
Las familias están siempre implicadas e incluídas en la toma de decisiones. Esta apuesta por la participación activa de la comunidad ha creado lazos de confianza que han tenido beneficios muy prácticos (por ejemplo, ¡más de la mitad de los Scouts son chicas!)